miércoles, 1 de enero de 2014

Festejando la vida

Me incomoda marcar fechas y horas determinadas,
para celebrar.
Mayor es mi molestia
si se agrega a esto,
una fórmula o protocolo a seguir.

Abiertas dejo mis puertas; desordena, dispuesta y hospitalaria mi casa, para festejar con sencilles la vida.

Venid pués, rompamos los moldes de estrictos civismos.

Quebremos a carcajadas los cristales del tiempo.
Que ningún  círculo nos impida explorar la incertidumbre.
El calendario es una cárcel de papel, y la cronología, sus grilletes.

Tiremos al cesto de lo absurdo los refinados urbanismos:
que ningún color nos uniforme,
que nuestro saludo,
en vez de consabido pregón, contenga la sorpresiva  magia  de una palabra o un gesto irrepetible y sincero.

Salgamos por un rato a dibujar con huellas,
rutas de aventura sobre  la arena,
y en loca carrera, permitámosle al viento restaurar la libertad de las cabelleras.

Dancemos sin movimientos pautados.
Enunciemos con naturalidad nuestra verdad.
Como los pájaros,  festejemos sin guiones la alegría de sentirnos vivos