lunes, 2 de agosto de 2021

Tocando corazones.


M. A. L. Z. 

Si después de dar todo de tu parte, haciendo acopio máximo de tus habilidades y esfuerzos, sientes la necesidad urgente de solicitar ayuda o cooperación; no te inmovilices, ve y toca puertas, estás en tu derecho. Nada indigno hay en ir en busca de la mano bondadosa del amigo, del consejo sabio del hermano o el abrazo solidario del vecino, a través de quienes, Dios se propone auxiliarte. No seas como el soberbio o el egoísta que, henchidos de la falsa espuma que destila la autosuficiencia, ni buscan ni ofrecen ni aceptan ayudas de nadie, quebrando con el peso de su arrogancia, los escalones que el mismo Dios pone en nuestro camino para que acercándonos a los otros, nos acerquemos a él. 

Ayúdate que te ayudaré, dice el consabido refrán. Más yo te digo, ve y ayuda, que te ayudaras