Un árbol más del bosque
M. A. L. Z.
Las raíces de las que provenimos, desde las más grandes, profundas y antiguas; hasta las más recientes y superficiales, pueden bautizarse con los nombres y apellidos de nuestros ancestros.
Ni que decir de ese tronco sustentador y protector de cada nuevo brote. Puente generacional, cause en que se funden y navegan los cuatro elementos de la naturaleza para mantener activo el flujo de vida y muerte. Armado de una coraza áspera, hiriente o simplemente liza, defiende a muerte sus más tiernos, vulnerables y amados brotes. En su natural sabiduría, sabrá darle a su crecimiento el ritmo y la distribución que más convenga a cada etapa. Lucirá su máximo esplendor, gritará al viento la tentación de sus aromas y fructificará con abundancia, sólo, si es capaz de sostener el peso de tan preciada responsabilidad. Llegado el momento, jubilará sus esfuerzos, cederá su espacio y devolverá agradecido, a la madre tierra, toda su potencia vital.