viernes, 10 de abril de 2020

Confinados pero no con finados.



Que logre mantenerlo ausente,  no lo sé.
Que si llega el tal coronado podré vencerlo, tampoco lo sé. Pero, cruzando los dedos y apretando los dientes, sigo con los mocos amentolados tomando café y te caliente.
En paro, sí, pero respirando frescura y orinando claro.
Y está más claro aún, que, es mil veces preferible vivir confinados, que convivir con finados.

miércoles, 8 de abril de 2020

Al carajo con sus aplausos:


M. A. L. Z

No, por Dios, no sean hipócritas.
Menos de un año hace que los trabajadores de la salud, denunciaban y protestaban públicamente por el descalabro que enfrenta el sistema de salud pública en Honduras. En primera línea marchaban, de cara al dictador y sus secuaces, exigiendo medicinas y equipos médicos para atender como se debe al pueblo.  Y los cincuentapeseros, los lamebotas de micrófono y cámara,  y los descerebrados de corbata y leva unían sus reniegos e insultos contra los que salvan vidas: ñángaras, revoltosos,  comunistas, les gritaban. Y los que saquearon a volquetadas el Instituto de Seguridad Social, los que asesinan estudiantes,  ecologistas y opositores políticos,  respondieron como siempre, lanzando gases lacrimógenos y toletazos a diestra y siniestra. 

En irónica respuesta a los reclamos, la mafia oficial autorizó la compra de barcos de guerra y arremachando lealtades, asignó a los expertos en sembrar cadáveres,  un nuevo fondo para desarrollar la agricultura nacional.

Hoy, con el virus por corona y la pandemia crucificado la nación, vienen con sus aplausos y piropos en falsete.

Asolará la patria el virus y tarde o temprano vendrá la vacuna. Pasará el pandemonio, pero no el demonio que nos deja sin pan. La escuela oficial de corrupción e impunidad echó raíces profundas y se ha blindado contra todo intento de justicia verdadera.