Según información que circula en redes sociales como esta, Shukry Kafie es sólo un elemento importante en una sofisticada organización que ha venido por décadas, efectuando con distintas administraciones gubernamentales, transacciones dolosas similares a la que hoy, venciendo el anonimato, ha sacudido la conciencia nacional.
Es de sobra conocido en Honduras, que los entes del estado encargados de fiscalizar e impartir justicia, contrario a proceder diligentemente contra las personas involucradas en oprobiosos hechos de corrupción, han actuado a través del tiempo, con claros visos de complicidad, engavetando expedientes, minimizando la gravedad de los delitos imputados, removiendo de sus cargos a los escasos funcionarios públicos interesados en cumplir a cabalidad con sus responsabilidades y extendiendo con prontitud a corruptos y corruptores, los beneficios de una impunidad legalizada.
Siendo Shukri Kafie un pez gordo sacrificado por sus compinches, procurando bajar los decibeles a los poderosos reclamos de justicia popular, es indudable que les serán permitidas a lo largo de su proceso judicial, los privilegios y comodidades que gozan los de su clase : protección personal gratis provehida por el ejército, recámara climiatizada, acceso a Internet y televisión satelital, alimentación a la carta y las consabidas escapaditas vacacionales que solo don dinero es capaz de autorizar.
Con seguridad, los poderosos círculos de la corrupción, intentarán distraer el hambre de justicia del pueblo, lanzando al ruedo público, a otros protagonistas secundarios. Saben bien, los estrategas del mal, que de tener éxito en su intento distractivo y encubridor, dejarían casi intactas las estructuras que preservan su dominio y garantizan su centurial impunidad.
A este tipo de peligros nos exponemos con movimientos acéfalos, o sin lineamientos políticos bien definidos.
Antes que el fervor de las protestas populares decline, urge que los representantes de la Alianza recién creada por los partidos de la oposición, definan con claridad y precisión los objetivos comunes de su lucha, incorporando en ellos, las peticiones centrales que resuenan a diario en las multitudinarias Marchas de las Antorchas.
Es de sobra conocido en Honduras, que los entes del estado encargados de fiscalizar e impartir justicia, contrario a proceder diligentemente contra las personas involucradas en oprobiosos hechos de corrupción, han actuado a través del tiempo, con claros visos de complicidad, engavetando expedientes, minimizando la gravedad de los delitos imputados, removiendo de sus cargos a los escasos funcionarios públicos interesados en cumplir a cabalidad con sus responsabilidades y extendiendo con prontitud a corruptos y corruptores, los beneficios de una impunidad legalizada.
Siendo Shukri Kafie un pez gordo sacrificado por sus compinches, procurando bajar los decibeles a los poderosos reclamos de justicia popular, es indudable que les serán permitidas a lo largo de su proceso judicial, los privilegios y comodidades que gozan los de su clase : protección personal gratis provehida por el ejército, recámara climiatizada, acceso a Internet y televisión satelital, alimentación a la carta y las consabidas escapaditas vacacionales que solo don dinero es capaz de autorizar.
Con seguridad, los poderosos círculos de la corrupción, intentarán distraer el hambre de justicia del pueblo, lanzando al ruedo público, a otros protagonistas secundarios. Saben bien, los estrategas del mal, que de tener éxito en su intento distractivo y encubridor, dejarían casi intactas las estructuras que preservan su dominio y garantizan su centurial impunidad.
A este tipo de peligros nos exponemos con movimientos acéfalos, o sin lineamientos políticos bien definidos.
Antes que el fervor de las protestas populares decline, urge que los representantes de la Alianza recién creada por los partidos de la oposición, definan con claridad y precisión los objetivos comunes de su lucha, incorporando en ellos, las peticiones centrales que resuenan a diario en las multitudinarias Marchas de las Antorchas.