M. A. L. Z.
Parte de la sabiduría consiste, en saber cuando ejercer tu derecho a refugiarte en la soledad o cuando tomar distancia de ciertas personas o ciertas circunstancias.
Porque, existen raros momentos en que, la mejor forma de decir presente es aunsentádonos, evitar a toda costa el convertirnos en piedra de tropiezo para quien, con esfuerzo propio, debe continuar adelante o mantenerse en equilibrio. Y ese alguien, necesitado de ausencia, puede ser tu hijo, tu hermano, tu pueblo...o tu mismo yo. Sin embargo, evita el error de confundir la soledad prudente con el abandono irresponsable o cobarde.
Con todo eso, tu sabiduría estaría aún a medio andar, si incumples el deber de acompañar como se debe, a quienes, sin tu presencia y cooperación, se hundirían en el fracaso. Comprende, además; que el acompañar sobrepasa a la simple acción de estar, que acompañar implica estar para contribuir, cooperar, coejecutar. Cualquiera puede estar presente mientras una orquesta musical ejecuta sus tareas, pero; compañeros serán únicamente aquellos que se integren coordinadamente a la orquesta, ejecutando un instrumento musical o cumpliendo otra necesaria función dentro de la misma. Los restantes presentes en el acto, siendo o no músicos, quedan relegados al papel de simples visitas, aupadores o mudos testigos de los hechos.
Elige, pues; tu butaca: entre los espectadores o los artífices de la historia.
6:47 a.m.
18-05-20023