martes, 30 de junio de 2015

No me lo pidan

(Pablo Neruda)

Piden algunos que este asunto humano 
con nombres, apellidos y lamentos 
no lo trate en las hojas de mis libros, 
no le dé la escritura de mis versos: 
dicen que aquí murió la poesía, 
dicen algunos que no debo hacerlo: 
la verdad es que siento no agradarles, 
los saludo y les saco mi sombrero 
y los dejo viajando en el Parnaso 
como ratas alegres en el queso. 
Yo pertenezco a otra categoría 
y sólo un hombre soy de carne y hueso, 
por eso si apalean a mi hermano 
con lo que tengo a mano lo defiendo 
y cada una de mis líneas lleva 
un peligro de pólvora o de hierro, 
que caerá sobre los inhumanos, 
sobre los crueles, sobre los soberbios. 
Pero el castigo de mi paz furiosa 
no amenaza a los pobres ni a los buenos: 
con mi lámpara busco a los que caen, 
alivio sus heridas y las cierro: 
y éstos son los oficios del poeta 
del cantor y del picapedrero: 
debemos hacer algo en esta tierra 
porque en este planeta nos parieron 
y hay que arreglar las cosas de los hombres 
porque no somos pájaros ni perros. 
Y bien, si canto a todos los que quiero, 
o cuando ataco todo lo que odio, 
la poesía quiere abandonar 
las esperanzas de mi manifiesto 
yo sigo con las tablas de mi ley 
acumulando estrellas y armamentos 
y en el duro deber americano 
no me importa una rosa más o menos: 
tengo un pacto de amor con la hermosura: 
tengo un pacto de sangre con mi pueblo.