(Brindis en ocasión de
los diez años de matrimonio y las bodas de aluminio de mi hija mayor)
Brindemos todos, por el amor sincero y bien intensionado.
Brindemos, por el amor que al sentimiento y a la gratitud de la palabra, incorpora el accionar constante procurando el bien-estar del ser amado.
Brindemos por el amor integral, el que además de satisfacer nuestras necesidades básicas de sobrevivencia: alimentos, vivienda, seguridad física; procura construir un ambiente familiar emocionalmente saludable donde impera el trato respetuoso; no exento de conflictos, pero si de agresiones físicas y acres insultos.
Brindemos por el amor solidario que hace de la cooperación mutua, una norma diaria para distribuir con equidad deberes y obligaciones; y permitir de igual manera, el disfrute individual o colectivo de los frutos del amor.
Brindemos por el amor imperfecto, que hace de todo error una lección a superar y de el perdón, un crisol para aquilatar lo sustancial del verdadero amor.