Cientos o quizá miles de pajarillos -tantos que es imposible captarlos en una sola toma fotográfica- acostumbran pasar la noche sobre estos cables.
Alguna poderosa razón los trae hasta acá: ¿ánimo gregario, abundancia alimenticia, espacio seguro, o qué? No lo sé, ni siquiera sé a qué especie pertenecen. Sospecho que puede tratarse de golondrinas. De ser así, y siendo tan numerosa su parvada, valiéndome de una descabellada explicación diría que, están reunidas en devota invocación al verano, porque como nosotros, saben a ciencia cierta que una sola golondrina no sería capaz de hacer llegar ni sostener al verano.