jueves, 24 de junio de 2021

Zedes: escudos de impunidad.


M. A. L. Z. 
Las Zedes, el más traidor y pernicioso proyecto que un hondureño puede concebir en contra de su propia nación, está, peligrosamente, a punto de concretarse.   
Inútiles han resultado, hasta hoy, los sesudos planteamientos que desvirtúan dicho engendro por inconstitucional y antipatriótico; infructuosas, también, las nutridas marchas de protestas a lo largo y ancho del territorio patrio. Al vano clamor se van sumando calificadas voces de gremios profesionales, empresariales y religiosos. Sin embargo, el aparato gubernamental promotor de la dolorosa amputación a la soberanía nacional, persiguiendo los más oscuros y egoístas propósitos, no dará marcha atrás hasta dejar firmemente establecido el colonizaje elitista; al amparo del cual, perpetuaría su manto de impunidad y aseguraría el disfrute de sus milagrosas y repentinas fortunas malhabidas. 
En rojo resalta el cronograma el último semestre del presente año, como la etapa más crítica y decisiva para el logro de los objetivos previstos en el macabro plan. Como nunca antes, conforme evolucione el clima social y político nacional, podría darse un alarmante repunte en la práctica de
variadas y espeluznantes estrategias de sometimiento social: el mercado de conciencias, la compra de voluntades y la confirmación de lealtades dará su cosecha de nuevos e incondicionales millonarios; la persecución e intimidación de líderes comunales, de defensores ambientalistas, opositores políticos y patriotas de todas las ocupaciones engrosará el permanente flujo de inmigrantes y exiliados. Demandas judiciales, encarcelamientos arbitrarios, asesinatos selectivos, masacres indiscriminadas, seguirán ocurriendo, y las gargantas tarifadas lo pregonarán día y noche, como si de ejemplares medidas pacificadoras se tratase.
Si el descontento y las manifestaciones del pueblo en contra de las zedes fueran generalizándose, poniendo en peligro la materialización del proyecto, antes que concluya el presente año, el gobierno y sus aliados pondrían en marcha su plan B, mediante el cual, se emprenderían acciones diversas para crear un ambiente caótico y justificar así, la supresión de las elecciones presidenciales y la prolongación en el poder del actual mandatario o la realización de un autogolpe de estado para impidir la llegada al poder de la república, al sector político interesado en anular y revertir el rumbo erróneo por el que marcha la cosa pública.
Si en verdad amamos a Honduras, toda la oposición, sin distingo de colores, debe conformar un bloque sólido que hermane al pueblo hondureño en la historica lucha que el presente reclama para salvar la integridad territorial y la soberanía nacional. Hoy por hoy, los pronunciamientos y pataleos aislados, son tiros al aire que, antes que impedir la concreción de los planes entreguistas que penden amenazadores sobre la patria, suenan a fuegos artificiales dándole la bienvenida al vergonzoso desmembramiento patrio.