martes, 14 de agosto de 2018

Discutir por discutir.

Anoche, de visita en casa de un amigo y compatriota, me resultó inevitable ver uno de tantos desbalanceados programas televisivos miamenses. El punto central del noticiero era la violenta crisis que vive actualmente Nicaragua. No paró mi amigo de culpar e insultar a Ortega por todo cuanto está pasando por allá. Evitando caer en otra improductiva discusión, como la que tuviéramos meses atrás hablando sobre Venezuela, me mantuve callado. Procuré, pero fueron inútiles mis intentos por desviar la platica a otros temas.; el mundial de fútbol, por ejemplo, fue apenas un disparo con balón desinflado. Vino entonces de frente con su pregunta: ¿ Qué le parece lo que está haciendo ese animal en Nicaragua? Van más de 360 muertos por su culpa.
¿Qué podría yo decirle? Me da tristeza que siendo hermanos, no podamos encontrar soluciones civilizadas a nuestros conflictos. Condeno, como usted, las muertes por tales motivos. 

La pantalla del televisor se saturó de imágenes violentas y a letras grandes anunciaban diez muertes más acaecidas en Nicaragua durante el recién pasado fin de semana. 

Hoy si se le llegó la hora a ese asesino “hdp”. Ya va a ver como lo traen, encadenado, como a Noriega; dijo, y dirigiéndome una mirada acusadora, culminó: seguramente que usted saldrá a defenderlo.

Se equivoca, respondí, estoy absolutamente de acuerdo en que se investigue y se deduzcan responsabilidades por toda violación contra los derechos humanos, sin importar donde y quienes las cometan. Lo único que lamento, le dije, completando mi respuesta, es el extraño silencio que guardan estos medios noticiosos, y algunos medio-hondureños, con la igual o mayor tragedia que padece Honduras, donde, tan sólo esta misma semana ocurrieron cuatro masacres y asesinaron 20 compatriotas. 


La discusión desembocó de nuevo, en las veredas minadas de ofensas y acusaciones fundamentadas, tan sólo, en cegueras políticas, incubadas a diario por un periodismo manipulador y sectario.