domingo, 19 de marzo de 2023

Unión latinoamericana: un sueño alcanzable

M. A. L. Z.

El presidente de México, Andrés M. López Obrador, ha emprendido la prometedora iniciativa de crear un bloque económico y comercial de paises latinoamericanos, en los que estarían participando junto a México, Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Honduras, Bolivia,  Cuba y otros.

Se pretende con la creación de este bloque, aumentar entre los países que lo integren, el intercambio económico y comercial, eliminando aranceles para combatir la inflación y la carestía de bienes vitales. 

De concretarse este visionario plan, estaríamos a las puertas de dar un paso firme hacia la integración total e integral de latinoamerica y por consiguiente, adentrarnos, por fin, a una verdadera etapa de desarrollo.  

Nada ilusorio es fincar esperanzas en esta nueva iniciativa de avance hacia el viejo y amado sueño de la integración latinoamericana. 

Los alcances planteados, hasta hoy, están limitados al plano económico y comercial. No obstante, por el mismo motivo, se vuelve menos complicado y más expedita su puesta en marcha. Posteriormente, con la experiencia y maduréz ganada en el trayecto andado, podría ampliarse hasta el plano político y militar. 

La concreción de un bloque económico de esta magnitud, propiciaría en cada país, un aumento de la producción, la generación de nuevos empleos y una mayor estabilidad económica y monetaria.

Además de los beneficios que traería la apertura comercial y de inversiones y la eliminación de aranceles aduanales; podría sumarse otro beneficio de no menor importancia, relacionado con la estabilidad monetaria y la disminución de la deuda pública. Este último aspecto vendría a darse con la creación - he aquí mi agregado a la propuesta de López Obrador- de una moneda nominal (sin emisión de billetes) que usarían los países del bloque en sus transacciones comerciales, usando para tal fin, una cámara de compensación con liquidaciones diarias. Con este mecanismo se liberaría, en cada país, una suma multimillonaria de dólares, aumentado sus reservas de moneda extranjera, que podría destinarse a la reducción de empréstitos onerosos y poco convenientes para la seguridad y autonomía de las naciones.

Adelante, pues, hermanos latinoamericanos, por el bien de nuestra gente, a construir la patria grande soñada por Morazán, Martí y Bolívar.

Un cimarrón menos.


M. A. L. Z.

Sucedió mientras dormía. Mi cimarronería había .

Como casi todos los días, desperté muy temprano - al rededor de las 5:20-. Me puse en pie, obligado por la puntual llamada de mi estómago, hambriento de de rosquillas y café. Café, lo que se llama café, no cualquier agua, chirla. Café catracho 100% orgánico, del mismo que con frecuencia me hace llegar mi hernana Mandita. Desconecté el celular y auxiliado por su resplandor, descubrí la suave soga que colgaba de mi cuello. ¿Quién sería, me pregunté, el o la  campista que hizo tan certero lance? Fue, pensé, casi un milagro. No, más bien dicho, fue un Dulce Milagro, escrito así, con mayúscula. Sin reniegos, con un relincho de complacencia, acepté dócilmente mi retorno al redil