(Marco Aurelio Laínez Zelaya )
"Sentir gratitud y no expresarla, es como envolver un regalo y no darlo"
William Arthur Ward
Los elogios sinceros son escasos y valiosos como el oro. Dan seguridad y reconfortan el ánimo de quien los recibe y enriquecen el espíritu del que provienen.
Por su propio peso y solidez, la palabra sincera, sin requiebros ni falsetes, esquivando superficiales protagonismos, emerge vibrante y genuina para alojarse en la esencia misma de quien la recibe.
Nunca el frío resplandor de la adulación podrá competir con el cálido brillo de un enunciado franco y bien intencionado. Más temprano que tarde, la sombra acusadora de los intereses resalta sobre el artificioso y efímero fulgor de la lisonja esmeradamente calculada.
Expresa sin ambages tu gratitud a cuantos te aman, a los que bien te sirven y a quienes de buena voluntad procuran evitarte un mal.
Agradece sin rencores a los que públicamente te critican y no confíes ciegamente en elogios privados.
Recibe todo cumplido con humildad, sin embargo, mientras actúes con justicia y corrección, no esperes más reconocimiento que la satisfecha voz de tu propia conciencia.
"Sentir gratitud y no expresarla, es como envolver un regalo y no darlo"
William Arthur Ward
Los elogios sinceros son escasos y valiosos como el oro. Dan seguridad y reconfortan el ánimo de quien los recibe y enriquecen el espíritu del que provienen.
Por su propio peso y solidez, la palabra sincera, sin requiebros ni falsetes, esquivando superficiales protagonismos, emerge vibrante y genuina para alojarse en la esencia misma de quien la recibe.
Nunca el frío resplandor de la adulación podrá competir con el cálido brillo de un enunciado franco y bien intencionado. Más temprano que tarde, la sombra acusadora de los intereses resalta sobre el artificioso y efímero fulgor de la lisonja esmeradamente calculada.
Expresa sin ambages tu gratitud a cuantos te aman, a los que bien te sirven y a quienes de buena voluntad procuran evitarte un mal.
Agradece sin rencores a los que públicamente te critican y no confíes ciegamente en elogios privados.
Recibe todo cumplido con humildad, sin embargo, mientras actúes con justicia y corrección, no esperes más reconocimiento que la satisfecha voz de tu propia conciencia.